Con la conquista de la autonomía universitaria en 1960, el primer Rector fue el Dr. Virgilio Gómez Moharro (1962 – 1965, 1965 - 1967), después sería el Lic. Alfonso Ramírez Casales (1967 – 1970), posteriormente sería el Dr. Jaime Castrejón Díez (1970 – 1972). Todos estos fueron rectores nombrados por el Consejo Universitario de manera secreta, porque todavía el gobierno del estado tenía injerencia en estos asuntos.
El 17 de enero de 1970, al tomar posesión como Rector el Dr. Jaime Castrejón Díez, planteó que lo más importante para los estudiantes de la Universidad Autónoma de Guerrero, era “la vinculación con los problemas sociales del estado” (FACETAS No. 14, III, Noviembre, 1985: p. 8).
A partir de 1972 se establece una nueva forma de participación, es decir, democrática, donde todos los estudiantes y trabajadores participan en los procesos de elección de sus autoridades, en este sentido, el papel del H. Consejo Universitario es ratificar la voluntad de los universitarios. Con esta nueva modalidad de participación, resulta electo el Dr. Rosalío Wences Reza (1972 – 1975). Es así que desde 1972 la Universidad inicia un nuevo periodo de su consolidación mediante el proyecto de “Universidad – Pueblo”, impulsando una política de puertas abiertas. Es el inicio de una nueva etapa de vinculación universitaria.
Durante los años de 1972 a 1983, la Universidad Autónoma de Guerrero, experimenta una importante expansión geográfica, tanto cuantitativa como cualitativa, creando distintas escuelas y facultades en las siete regiones de la entidad, así como la articulación de sus funciones sustantivas: la docencia, la investigación y la extensión. Después de 1983 hasta la fecha, se han seguido creando nuevas Unidades Académicas para atender la creciente demanda estudiantil.
La Universidad Autónoma de Guerrero como parte de las instituciones de educación superior en el estado de Guerrero, desde el inicio de su proceso democrático (1972), impulsó decididamente una política de vinculación popular. Este proceso de vinculación popular se desarrolló a partir de la alfabetización, bufetes jurídicos gratuitos, servicios médicos y de laboratorios gratuitos, comedores universitarios, becas económicas y otros servicios para la población de escasos recursos económicos.
Con esta política de puertas abiertas, la institución se propuso atender a los sectores más necesitados, para ello, estableció e impulsó una política esencialmente asistencial, sin menospreciar sus méritos, muchas de las veces la llevó a enfrentarse con el Estado. El punto más álgido de este enfrentamiento se expresó en el periodo 1983 – 1985 siendo gobernador del estado el Lic. Alejandro Cervantes Delgado.
En este periodo, durante el ciclo escolar 1983 – 1984, los gobiernos federal y estatal suspendieron la entrega del subsidio a la institución y solo se reanudó con la firma del convenio del 8 de enero de 1985, estableciéndose como condición, como por ejemplo, la supresión de los programas de apoyos estudiantiles y la reducción a 4 de las 38 Escuelas Preparatorias. El incumplimiento del convenio por parte de las autoridades gubernamentales, fue la defensa y argumento de la institución para no cumplir la parte que le correspondía.
La política de vinculación popular que inició en 1972 y que culminó en 1985, se caracterizó por su improvisación, falta de una real comprensión del quehacer universitario a través de la función de Extensión Universitaria, por lo que esta actividad se enfocó únicamente a los sectores más marginados, dejando de lado o ignorando que la sociedad a la que esta llamada la universidad a servir, se integra de diversos sectores. Por ello se reconoce que “Desde su nacimiento la Universidad Autónoma de Guerrero ha estado ligada a los grupos sociales menos favorecidos. En el cumplimiento de esta irrenunciable vocación, ha soslayado las demandas del resto de los grupos sociales. Todo lo anterior le ha redituado menor legitimidad como institución plural por excelencia de la sociedad guerrerense contemporánea” (Resolutivos CGRU. 2000: 122).
La vinculación en la Universidad a partir de su democratización en 1972 ha cursado tres grandes etapas. La primera comprende el lapso que inicia en 1972 y culmina en 1984, la cual estuvo caracterizada por una orientación profundamente asistencial, bajo el proyecto denominado universidad democrática, crítica, científica y popular, en el modelo de Universidad-Pueblo.
Esta etapa además de orientarse en un sentido profundamente asistencialista, principalmente dirigido a los sectores más marginados de la sociedad guerrerense, obedecía al origen y vocación democrática de la institución. Lo cual nunca fue bien visto por las autoridades estatales y federales.
La segunda etapa queda comprendida de 1984 a 1993, en tal periodo la vinculación se redujo a los programas de servicio social ante la pérdida de importantes programas de asistencia social y universitaria por la política impositiva y de condicionamiento gubernamental. En esta etapa la institución siguió desarrollando al interior el proyecto a nivel discursivo, sin embargo, ya no se correspondía con el nuevo entorno social y político de la entidad y el país, lo cual condujo paulatinamente a reconocer la necesidad de construir un nuevo modelo de universidad.
La tercera etapa se inicia precisamente en 1993 y continúa hasta nuestros días. Con ésta etapa se inaugura una nueva búsqueda, no solo de la re conceptualización de la extensión, sino además, la construcción de nuevas propuestas como la vinculación con el entorno, a partir de este momento inicia de manera más acentuada, por necesidades internas y por exigencias externas, su acercamiento al modelo de vinculación orientado a los sectores social, público y productivo, sin abandonar la rica experiencia de vinculación comunitaria y popular. En tal contexto, se realiza durante los días 17 y 18 de mayo de 1994 el Primer Congreso de Extensión, en donde se estableció la necesidad de crear e institucionalizar un espacio específico para impulsar la vinculación, bajo nuevas orientaciones. No obstante esta importante iniciativa, no se instituyó formalmente, sino hasta que el Tercer Congreso General de Reforma Universitaria, acuerda la necesidad de crear instancias específicas para abocarse de manera más directa a la organización de la vinculación, resaltándose la creación de las instancias de vinculación y apoyo institucional, mediante el establecimiento de un Consejo Social, la Fundación UAG y la dirección de vinculación como cuarta función sustantiva, figuras que fueron incorporadas en la Ley y Estatuto de la Universidad Autónoma de Guerrero, aprobada el 1 de agosto del 2001, por el H. Congreso del estado de Guerrero.
Elaboró: M.C.S. Aurelio Vázquez Villanueva
Trabajador Académico del Área de Vinculación Académica
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